domingo, 4 de agosto de 2013

Minuto de rabia contra los Mario Waissbluths y el Proyecto Estandarizador


A Mario Waissbluth, el "ingeniero mutante", no le cuesta que los medios se coman su ego y ultronismo chanta para seguir perpetuando el modelo educacional de la dictadura y el empresariado. ¿La razón? Su intento constante de correr los límites de la protesta educativa hacia un extremo que sea controlable por la élite. En este caso, se trata del SIMCE. Se supone que ahora Waissbluth, el viejito de ojos claros que dirige un grupo de lobby, está en contra del SIMCE. El mismo que instaba a apurar el tranco para la creación de la Agencia de Calidad. El mismo que usa las pruebas estandarizadas para armar todo su discursillo de catástrofe educativa, ahora estaría en contra del SIMCE. Y para eso nada más que el aliciente de la famosilla Agencia de Calidad, que propuso hacer un ranking de escuelas en que un 67% de ponderación sería el puntaje SIMCE.




Waissbluth patudamente nos decía esto por allá por el 2011, cuando trataban de bajar las movilizaciones: "Si simplemente el Ejecutivo y Legislativo se hubiesen puesto las pilas y hubieran sacado hace dos años esta Superintendencia y Agencia con verdaderos colmillos, no de juguete, hoy tendríamos un sistema mucho más equitativo y menos segregador en el sistema escolar”.
Waissbluth nos decía que no simcificáramos la escuela, pero que “Estamos ciento por ciento de acuerdo en la validez del Simce. Aunque tiene que perfeccionarse, mide las cosas que tiene que medir”. ¿Estamos?
Waissbluth se paseó dando cátedras parlamentarias sobre los problemas de gestión que se venían. Pero el SIMCE no es gestión. Es simplemente maldad.
Ahora resulta que, después de su grito contra el SIMCE, para Waissbluth el problema es técnico. Que no sé cuánta ponderación acá, que el método de cálculo y control por acá. Pura pirotecnia. No hay nada de aseguramiento de ninguna calidad en evaluar tanto y tantas veces, y con tantas consecuencias, independiente de cuánto se pondere qué prueba. El problema es que la discusión técnica se hace solo para perpetuar un modelo: el del Estado subsidiario. El mismo modelo de Jaime Guzmán, de Pinochet. Discutir de educación como derecho va más allá del cálculo de cuánto se pondera el SIMCE o si se controla o no por variables de pobreza. Al final el SIMCE no le importa a nadie más que a los que quieren hacer mercados de la educación. Y ésos probablemente no tuvieron las presiones que les ponen a los niños en las otras escuelas. La educación como derecho debiese oponerse a la existencia de pruebas estandarizadas censales como el SIMCE, y más aún a la extensión de evaluaciones estandarizadas a la escolaridad temprana, con sus consecuencias asociadas. Por eso, el ultronismo tecnócrata del lobbista de ojos claros es una pose.

Pero, ¿cómo decirle a Waissbluth, el lobbista, lo amarillo y poco creíble que se ve? La verdad es que sólo hay algo: esto de la Agencia de Calidad te lo dijeron los profesores, dos años antes de que te lanzaras a promoverla en medio de las movilizaciones estudiantiles. Y lo dijeron muy bien, con un relato de ficción en la Revista Docencia. Acá va un extracto, la experiencia de una profesora, Gabriela,

"Comenzaron a haber fuertes reflexiones sobre la formación inicial y su pertinencia. La solución fue “acreditar” las carreras de pedagogía, mientras algunos comenzaban a decir que debíamos pasar una prueba estandarizada al egresar para poder ejercer. Salí a hacer mi práctica en un liceo público de Chillán, y luego me quedé allí hasta hoy. Tiene unos 600 alumnos, y está clasificado como vulnerable, porque tenemos muchos niños de pies azulosos de frío y bajos resultados en el SiMcE. Por eso nos mandaron asesorías externas con el Programa Liceos Para todos y ahora con el Programa Liceos Prioritarios. Ah, se me olvidaba... en el año 2005 tuvimos que hacernos un autodiagnóstico, que correspondió a un invento que se llamó Sistema de Aseguramiento de la calidad de la 
Gestión Escolar (SAcGE), donde nos darían dinero bajo la condición de tener un plan de mejoramiento... hoy no sé qué pasó con eso, mi directora dice que nunca llegó la última cuota para realizar ese plan, y que ahora tenemos que hacer un nuevo plan. Es cierto, en este liceo todo cuesta más, estamos lejos de los cines, teatros, espectáculos, museos... y no se puede abusar de la televisión o los computadores. Es curioso, pero en cada plan anual nos obligan a poner en un cuadrito cuántos puntos subiremos en el SiMcE, y cuántos en la PSU. todos sabemos lo lejano de la meta, no porque queramos, sino porque no tenemos tiempo para hacer un trabajo pedagógico como es debido, pero no nos queda otra. Mientras tanto, empresas “interesadas en los niños/as” nos venden sus manualcitos de cómo entrenarlos para responder bien a las pruebas estandarizadas, todo con un cD de regalo.
Ahora estoy aquí sentada, llamándome Gabriela, como aquella otra gran Gabriela. tengo sus textos a mi lado, mientras un espejismo del futuro me asusta, veo los destellos oscuros de un nuevo invento llamado Agencia de calidad que aumentará el número de pruebas estandarizadas para controlar nuestros avances trimestrales, y estaremos de seguro, estancados en la última categoría, la de los pobres, amenazados perpetuamente al cierre de la escuelita... nunca he entendido por qué se 
ensañan con nosotros. ¿Qué diría Gabriela de todo esto?”



Dato: ¿Sabían que Jaime Estévez es parte del directorio de Educación 2020? Si pues, el mismo que siendo jefe de los Patos Malos de BancoEstado le prestó plata a Luksic para que comprara el Banco de Chile, luego se metió a su directorio, y que es presidente del directorio de Cruzados S.A. Qué cosas, ¿no?

jueves, 11 de abril de 2013

“Los Beyer”


El lucro tiene defensores transversales. Es curiosa la cáscara que envuelve defensivamente al acusado ministro Beyer. Son como un “partido transversal de derecha”que ha salido a articular en el sentido común el discurso de defensa de Beyer, el político. Son “Los Beyer”.

viernes, 5 de abril de 2013

Beyer y la superación de la tecnocracia


Las siguientes notas son recomendaciones que emanan de artículos académicos de uno que otro think tank  o centro académico criollo.
“Se estima que en la situación actual no es recomendable suprimir el financiamiento compartido porque éste ha allegado importantes recursos a educación, pero además porque no es evidente que la prohibición de aportar a la educación de los hijos en el colegio inhiba a los padres de gastar en su educación.”
“La clave está en seleccionar adecuadamente a los directivos de las escuelas y liceos públicos y luego empoderarlos para que realicen una gestión orientada a los aprendizajes de los estudiantes. Por cierto, esa orientación debe ser apoyada desde fuera con exigencias específicas de desempeño de los estudiantes. Los directivos deben ser evaluados en función del cumplimiento de esas exigencias.”
“No hay tampoco aquí, entonces, desde el punto de vista de los desempeños educativos, razones para justificar un financiamiento especial para los establecimientos estatales.”
“Parece necesario, entonces, introducir cambios al régimen laboral de los docentes, asegurando algún grado mayor de libertad para los sostenedores públicos de educación.”
El factor común de las citas es que su autoría corresponde al hoy acusado-constitucionalmente ministro de educación de Sebastián Piñera, Harald Beyer.

martes, 2 de abril de 2013

Multitud resentida versus Michelle Bachelet


El resentimiento no goza de apreciación en política, meno saún en nuestra criolla versión de “estabilidad” post-dictatorial. Es algo injusto que se le menosprecie, pues su existencia bien puede tener un carácter descriptivo de las subjetividades que se juntan gracias al movimiento social del 2011 en adelante. El resentimiento tiene su raíz en la percepción, real o imaginada, de que algo que ocurre está mal. A ello se le suma la acumulación de experiencias de humillación y pérdida del sentido de dignidad humana.

martes, 12 de febrero de 2013

Notas críticas sobre el Capital Humano 1.

El Capital Humano es un concepto que se apila entre los muchos con que el gerencialismo empresarial se ha ido tomando espacios de la vida política de nuestro país. Es también uno que ha permitido la acumulación de la producción académica que discute de educación e institucionalidad de las ciencias e investigación. Se suma asimismo a los conceptos con que se materializa la transformación discursiva y material de nuestros derechos en mercancías. En "Descampado", un conjunto de ensayos a propósito del movimiento estudiantil editado por raul rodriguez (sic) y Andrés Tello (Sangría, 2012), diversos autores nos ofrecen perspectivas que ayudan a profundizar el debate sobre los problemas políticos, sociales, culturales, simbólicos y económicos que emanan a la superficie motivados por la explosión estudiantil y social del 2011. Uno de éstos es el uso del término Capital Humano, críticamente nombrado como Inteligencia Precaria. A propósito de éste, acá va un extracto de lo que sería el coro del drama de la inteligencia precaria: el precariado.


“El coro es el precariado, que se recluta principalmente entre los millones que entregan su saber a las empresas (la Universidad es una de ellas, y de las más relevantes), en conjunto con aquellos que componen la fuerza de trabajo fordista, también con los inmigrantes tercermundistas cuyos flujos van en todas direcciones, ya no solo hacia el Norte. El precariado lo conforman también los miles de estudiantes endeudados, que se han visto en la necesidad de vender una parte de sus futuros ingresos para estudiar hoy. El precariado somos el mayor porcentaje de aquello que los economistas neoliberales y sus acólitos llaman stock de capital humano. Somos la minoría más grande” (raúl rodriguez freire (sic) En Descampado, p. 105.)
 ¿Se considera usted parte del precariado? ¿Cómo enfrentar el uso de términos y conceptos que cierran nuestras demandas por mayor justicia e igualdad a la política artificial de lo posible?