viernes, 5 de octubre de 2012

Lenguaje de señas para bebés

Hace un tiempo mi hija, de unos nueve meses entonces, estaba inquieta para irse a dormir. Asociamos que era una típica maña nocturna, pero de repente nos hizo una seña: puso su mano indicando el oído y luego señaló la ventana. Era una noche con viento y la ventana estaba abierta. La mano en el oído es la seña para el concepto de “ruido”. Cerramos la ventana y ella se fue a dormir, con calma, sin maña y sin llanto. Es la gracia de que haya aprendido lenguaje de señas antes de poder hablar.




He pasado los últimos cinco años dedicado a estudiar el aprendizaje y la enseñanza, y me he maravillado con las formas diversas con las que se presenta el aprendizaje. Pero no hay nada como vivir el resultado de que alguien aprenda gracias a lo que uno hace (quizá por eso los profesores son tan incomprendidos, pero no es el tema de este post). El aprendizaje es el resultado de, entre otras cosas, algo que hacemos intencionadamente para que nuestros niños puedan tener la experiencia de saber. Eso fue lo que empezamos a hacer con nuestra hija de seis meses: enseñarle. La intención era que ella se comunicara con nosotros y que pudiera expresar sus necesidades e indicar que le llamaba la atención en el ambiente. Y por supuesto, que nosotros le entendiéramos. El llanto es la forma primaria de comunicación de los bebés con el mundo, pero a medida que pasaba el tiempo sabíamos que nuestra hija tendría la necesidad de comunicar cuestiones específicas, y sin tener aún desarrollado un lenguaje hablado era muy difícil entenderla y responder adecuadamente. Entre todo esto, nos encontramos con unos amigos que tuvieron la experiencia de enseñarle lenguaje de señas a su hija.  Al verlo funcionar, decidimos que íbamos a intentarlo.

El lenguaje de señas para bebés, o infantes, nos llegó desde la tradición Norteamericana. La idea la sacamos del libro de Monta Briant ‘Lenguajede Señas para Bebés’, aunque hay otros recursos disponibles en internet de manera gratuita. Una de las ideas cautivantes para nosotros fue la afirmación que señala que los bebés que sabían hacer algunas señas básicas disminuían sus rabietas al poder comunicar sus necesidades de manera más precisa. Así es que seguimos las recomendaciones y comenzamos a enseñarle algunas señas básicas a nuestra hija.

Si bien se puede empezar a cualquier edad en que el bebé interactúe intencionadamente con los adultos que le rodean, la sugerencia es hacerlo sistemáticamente a partir de los siete meses de edad. Hay que comenzar con un conjunto mínimo de señas, e ir agregando otras a medida que el bebé responde a las señas. Nosotros partimos con tres: la seña para “leche”, “comida”, y “perro”.

Después de unas cuatro a seis semanas, nuestra hija comenzó a hacer las señas en las situaciones apropiadas. Cuando veía su mamadera con leche hacía la seña de leche, cuando comíamos hacía la seña de comida, y cuando paseábamos hacía la seña de perro cada vez que pasaba uno cerca de ella. Comenzamos a agregar señas: “ruido”, “pájaro”, “sed”, “libro”, “pelota”, “zapato”, “cambio de pañal”, “baño”, “ventilador”. Poco a poco nuestra hija comenzó a hacer las señas no solo cuando la situación lo ameritaba, sino también cuando quería expresar necesidades, como comer, tomar agua, y un cambio de pañal. Incluso hace señas combinadas, como cuando escucha un ladrido de un perro y nos hace la seña de "ruido" y "perro". Nos ha ayudado muchísimo en entenderla, y la verdad es que no tenemos muchos problemas de rabietas.

Algunas personas y familiares cercanos se mostraron incrédulas cuando les contamos que nuestra hija se comunicaba por señas. Cuando lo vieron, quedaron impactados. Mi hija de once meses podía decir que había un perro cerca, o podía pedir comida si tenía hambre, o pedir leche si quería tomar su leche. Pero también preguntaron ¿no retrasa esto el desarrollo del lenguaje hablado? Pues, al parecer no hay nada que lo afecte mucho. Los expertos en el tema, consultados en el libro, dicen que no habría problema. La idea es acompañar la seña con su equivalente en sonido. Mi hija ya comenzó a balbucear las palabras “leche” y “agua” haciendo la seña respectiva, y no parece estar atrasada en su desarrollo lingüístico. 

Si tiene la oportunidad, le recomiendo intentarlo con su bebé o los bebés con los que pase tiempo cerca. Yo disfruto a mi hija, ya de catorce meses, y siento que ella se siente segura de poder comunicar lo que necesita sin necesidad de una rabieta. Cada vez le introducimos más señas a medida que ella interactúa con más elementos de su entorno, y ha sido una tremenda y entretenida experiencia de aprendizaje para nosotros como padres. Y creo que también para los familiares incrédulos que no confiaban en que una bebé podía decirles exactamente lo que necesitaba.

Hay varias fuentes de información. Acá van un par de links para motivarles. 


1. Esta es una experiencia que muestra la evolución de una niña que aprendió lenguaje de señas.



2. Fichas con ejemplos de señas (en Inglés). Incluye información extensa sobre lenguaje de señas.
http://www.babysignlanguage.com/

1 comentario:

  1. Me ha gustado leer tu experiencia.
    Yo soy mamá de 2 ;) Cuando nació mi primer hijo le fuimos enseñando signos de la lengua de signos española. Nos sorprendió cómo nos decía a través de sus manitas lo que quería o necesitaba en cada momento.
    Ahora he creado una página web donde comparto todo lo necesario para aprender a signar desde casa. Todo de manera gratuita para que las familias puedan comunicarse con sus bebés y estrechar el vínculo.
    Os invito a visitarla:
    http://otanana.com

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