Hace un tiempo algunos psicólogos cognitivos estuvieron obsesionados con la idea de "expertise." Desarrollaron agendas de investigación que buscaban caracterizar a los expertos y diferenciarlos de los novatos, y lo hicieron con relativo éxito con interesantes contribuciones. Descubrieron que existen diferentes patrones de organización del conocimiento entre los expertos y novatos, y buscaron generalizarlos a todas las disciplinas. La idea es que uno podía asumir que ser experto en cualquier área implicaba ciertas prácticas y principalmente ciertos hábitos de pensamiento que eran muy diferentes a los de los novatos en esas disciplinas.
Otra cosa que descubrieron es que la expertise no es algo uniforme, y propusieron que existen dos tipos de expertos: los expertos rutinarios y los expertos adaptables (o adaptativos). Los expertos rutinarios son aquellos que usan una base de conocimientos (y competencias) y se enfocan en desarrollar la máxima eficiencia en el uso de esas competencias. Los expertos adaptativos son aquellos que buscan desarrollar su base de conocimientos pensando de manera flexible, incrementando su repertorio de competencias y usando habilidades metacognitivas para mejorar la calidad de sus competencias y extender su conocimiento de manera de adaptarse con éste a situaciones y contextos complejos y cambiantes.
Otra de las ideas que vinieron con toda esta ola de investigaciones respecto a los expertos es que a veces es difícil que un experto en una disciplina sea capaz de enseñarla. O sea, expertise no es sinónimo de buena pedagogía. Se ha sugerido que personas que tienen un conocimiento avanzado y pretenden enseñarlo sufren de lo que se llama "el punto ciego del experto," o la hipótesis de que el experto asume que el aprendizaje debe seguir una particular estructura en una determinada disciplina, lo que implica que los novatos de la disciplina deben estar expuestos a esa lógica y no a sus necesidades de aprendizaje o a las prácticas pedagógicas que probadamente ayudan a aprender y llegar a ese conocimiento disciplinar avanzado.
El Ministro de Educación de Piñera convocó a un llamado panel de expertos con el fin de recoger recomendaciones respecto a la carrera docente. Al leer las recomendaciones del panel de expertos que creó el Ministro veo que los expertos son rutinarios y que actúan sin ver sus puntos ciegos. Ello porque las recomendaciones que hacen siguen la misma receta de crear sistemas de premio-castigo que han caracterizado a las políticas públicas en educación de los últimos 20 a 30 años en Chile, o sea aplican competencias y conocimientos con el fin de hacerse más eficientes en ello. Y actúan sin considerar la visión de las comunidades, escuelas y profesores y con una argumentación que poco nos deja como enseñanza a los novatos del país, con los argumentos simplistas que caracterizan a la tecnocracia (ser los mejores, ser competitivos en el mundo, responder con indicadores de desempeño, etc.).
Un profesor cualquiera sabe que cuando se reduce la calidad de la educación a un resultado en el SIMCE, PSU o cualquier prueba estandarizada, se está escondiendo toda una realidad cambiante día a día, con nuevas situaciones y contextos. Hoy los juicios sobre la educación de calidad se están reduciendo a un color, mientras las realidades diarias y dinámicas de las escuelas se ponen bajo la mesa y se transforman en tabúes. Mientras los expertos rutinarios y ciegos del establishment político se dedican a dictar cátedras sobre como mejorar la educación de profesores, Chile está lleno de expertos adaptativos en las escuelas del país, que se buscan sacar el mejor provecho de todas las situaciones en pro de la calidad de la educación, independientemente de lo desafiante que sean éstas (escuelas buses, o escuelas comisarías, o escuelas carpas). Esos son expertos adaptativos, y son profesores, y hoy están en oposición al experto rutinario y ciego que les dice cómo tienen que enseñar y cómo tienen que ser enseñados, sin siquiera haberse parado a preguntarles por su expertise. Ojalá que cuando se creen nuevos paneles de expertos pensemos más allá del credencialismo tecnócrata.
Me cargan las pruebas estandarizadas.... me carga que los niños esten estandarizados y me carga que los estandarizemos. Me carga lo estandar!
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