viernes, 25 de noviembre de 2011

Opinología Cultural: Los Superhéroes y la Educación


1.       Sobre la figura Moderna y Post-Moderna del Héroe

Ya he dicho antes que pareciera que el individualismo es un invento occidental. El individualismo parece estructurar nuestros deseos de poner la historia debajo de la mesa para asumir por uno mismo las riendas de la vida propia y la de los demás. Creo, además, que es el individualismo el que crea superhéroes. Quizá por eso es que han triunfado tanto en la cultura popular de nuestras democracias liberales.


Las historias de los superhéroes están cruzadas con la de los supervillanos. Las acciones de los superhéroes, siempre buenas, han sido en respuesta a las acciones, siempre malas, de los supervillanos. Eso hasta ahora. La postmodernidad capitalista nos muestra que los superhéroes pueden (y deben) ejecutar acciones malas para seguir combatiendo al supervillano. Pero como es difícil llegar y justificar contradicciones flagrantes, lo que se necesita es cambiar la cultura popular y de masas que le da vida al superhéroe (o sea, consume sus historias). Y para eso está la televisión y el cine.
Más allá de entender los orígenes históricos de los superhéroes, lo que quiero es enfocarme en los orígenes psicológicos. Quizá, y esto es una hipótesis, se trata de que el individualismo lleva a las personas a sentirse “especiales” en el mundo, y para ello es necesario que una parte de su historia sea reconocida como única. Así es como los murciélagos pusieron a un niño rico a convertirse en Batman, o como el choque de un asteroide trajo consigo a un bebé que luego sería Superman. Claro, cada persona puede encontrarse en sí misma con algo único en su historia personal, y ello es alimentado por la cultura popular de masas. Pero ser superhéroe en el sentido moderno tiene que ver no solo con ese efecto de sentirse único, sino con las consecuencias que ello tiene y la altura moral que se decide a adscribir. O sea, Batman combate el crimen en ciudad gótica, pero el crimen tiene siempre un supervillano, alguien cuyo cuerpo y moral debe ser combatido mediante las consecuencias de ser súper especial. No hay que obviar que una de las consecuencias de ser súper especial es tener súper poderes. Se asume que los superhéroes, al tener súper poderes tienen grandes responsabilidades (como diría Sheldon Cooper).
Por lo tanto, lo que hay detrás de todo nuevo superhéroe es la construcción de un relato social en que el ser “especial,” sentirse “único/única,” y las consecuencias de ello (mayor altura moral y superpoderes) significan la centralidad que justifica las acciones del individualismo. Con la globalización, el relato tenía que ser mantenido para ajustarse a las necesidades de la dominación imperialista. Un ejemplo de ello es la serie Heroes. En ella, los personajes son todas personas especiales afectadas por algún evento de su historia personal que les otorga un tipo de superpoder. Una de las características fascinantes de este grupo de héroes y heroínas es que el grado de altura moral es variable. Esto implica necesariamente una especie de conflicto entre ser superhéroe/superheroína o supervillano/a. También muestra un nuevo componente del comportamiento del superhéroe post-moderno. Esto es que el foco de la serie es en las acciones y su justificación contextual más que en el juicio sobre si son buenas o malas acciones. Es decir, uno no puede juzgar siempre si lo que hacen los “individuos especiales” con la misma vara con que Batman o Superman actúan, pues estos individuos pasan de ser villanos a ser héroes/heroínas con mucho dinamismo.



¿En qué se traduce políticamente este giro de la concepción del héroe? Creo que tiene que ver con asumir que los héroes ejecutan acciones que difícilmente podrían ser encasilladas dentro de la dicotomía  “bueno” - “malo.” Es hacer más fluidas las concepciones de moral en la sociedad, de lo que es aceptable o no hacer, pero no dudar de que el superhéroe sea bueno. No es novedad que se inventen superhéroes, como lo hacen con los soldados gringos que invaden Irak o Afganistán, luego de que los supervillanos para occidente (Osama Bin Laden y Sadam Hussein) les dieran razones a los políticos para actuar en nombre del bien.  Pero el bien se construye en base a las malas acciones del villano, y no en base a las bondades irrestrictas del apego legalista del superhéroe. Así se pueden mantener cárceles ilegales, como Guantánamo, pero también se puede hacer una guerra interminable una vez que los villanos son asesinados. Y por tanto, el superhéroe ya no se define en su forma de ética individual que es consecuencia de un hecho especial en su vida y su altura moral, sino que se hace en función de los “otros”, los “malos” y sus acciones. Así, el héroe/heroína será juzgado por cuánto daño le hizo a las acciones de los malos, y no por las tremendas contradicciones que implica el ejercicio del poder “especial” sobre otros cuando se busca el “bien”. En el fondo, esta nueva construcción de superhéroe es la construcción de la justificación de cualquier abuso.


2.       ¿Superhéroes en Educación?

El nuevo relato del superhéroe permite a la vez no solo individualizarlo en una persona sino que se puede armar como concepto. Las y los lingüistas cognitivos explican esto con las ideas de abstracción metafórica y metonomia. Esto es, la capacidad que tenemos, como humanos, de nombrar algo, aislarlo y actuar (o buscar acciones) contra ese algo, aun cuando no tenga una expresión material. Por ejemplo, la teoría y la política monetarista/neoliberal han transformado el control del valor de las monedas (una entidad inventada) en un superhéroe que combate la inflación (un villano también inventado como entidad). Por supuesto, queda claro que existe una mayor altura moral en controlar el valor de las monedas que en, por ejemplo, proteger el empleo de las personas. Otros ejemplos de villanos inventados y usados en la retórica política actual son las guerras a conceptos o ideas: guerra al comunismo, guerra al capital, guerra a la pobreza, guerra al analfabetismo, guerra al terrorismo, entre otras tantas guerras a los -ismos. Lo que implica la masificación del uso de “supervillanos conceptuales” es que las guerras son interminables, pues no hay materialidad ni individuo que al no existir más pueda mostrar el cumplimiento del objetivo final (o el término de la guerra). Asimismo, los héroes y los villanos son también interminables, y mucho más difíciles de ubicar en el mapa de la política, haciendo que ésta sea más cerrada a las personas.
Pues bien, en educación esos relatos de superhéroes se expresan de igual manera. Los superhéroes son conceptos, y los supervillanos también. Un ejemplo, con un afortunado título, es el documental norteamericano “Esperando a Superman.” En éste se hace básicamente una defensa al modelo corporativista de educación, que en Chile ha triunfado gracias al experimento neoliberal de la educación subvencionada, el complejo industrial educativo y el crédito con aval del Estado. En el documental los héroes son la subvención a las escuelas y colegios (charters en gringomapu) y las políticas “innovadores” que se atreven a hacer “cambios dolorosos” para que haya calidad independiente del tipo de educación. Los villanos son la sindicalización de profesores y las políticas que buscan seguir viviendo en el “pasado” (es decir, con educación pública). Por supuesto, las víctimas son siempre los niños y niñas que quieren buena educación, pero que las escuelas públicas no les dan y las escuelas privatizadas-con-fondos-públicos si les dan, pero a muy pocos. La guerra es por ganarles a otros países en pruebas estandarizadas. Por ser “los mejores.” Superman, quien los va a salvar de esta caída moral que es tener puntajes más bajos en una prueba que el resto del mundo, tiene forma de corporación privada que tiene que ser financiada por el Estado. ¿Les suena conocido? Pues sí, en gringomapu, al no poder armar dictaduras, tuvieron que trabajar más para poder implementar poco a poco el neoliberalismo. Por eso se genera cultura dominante, y se lo hace sobre la base de otros estereotipos culturales. Los superhéroes post-modernos son valóricamente maleables y son materialmente difíciles de encontrar. Son superhéroes conceptuales, lo mismo que los supervillanos.



En Chile hay variadas versiones educacionales de los superhéroes y supervillanos conceptuales. Uno de ellos es la educación de calidad, un superhéroe que nadie sabe como se ve. También hay supervillanos, como el lucro, que tampoco sabemos cómo se ve. Pero algunos si son  personificados injusta o justamente, como por ejemplo, los superhéroes-sostenedores de colegios, o los supervillanos-profesores-malos-sindicalizados.
Esta confusión muchas veces nos hace perder el norte sobre qué es lo que buscamos con nuestra educación nacional, y atribuimos a individuos las consecuencias y responsabilidades de un sistema. Por ello, no creo que superhéroes o supervillanos conceptuales sean útiles para abordar estos problemas sistémicos. Así, tampoco creo en superhéroes o supervillanos materializados o personificados. Lo que hay son relatos, historias que confluyen en la búsqueda de la felicidad. Cuando confluyen son un colectivo que busca una expresión política. No es útil esperar un superhéroe o buscarlo en sí mismos. Lo que sí hay que buscar son canales para influir en lo que determina la forma de vivir. Lo difícil es que ello se transforme en un producto cultural que le pueda hacer el peso al que hoy permite a otros decidir eso. Ya veremos que se inventa en el camino. Pero por lo pronto, cuestiónese si usted espera un superhéroe, o si se cree uno. La historia es más grande que los individuos.



1 comentario:

  1. La idea de super héroe relacionado con el individualismo: personalmente creo que no todo lo que apunte al individuo es parte de un ¨capitalismo post-moderno¨ sino más bien anclado a esquemas (bastante) modernos como proceso de ¨individuación¨ y surgimiento de la idea de ¨proyecto individual¨. La preocupación de algunos sociólogos es el enlace de este proceso de individuación con fines colectivos. Ejemplo, la idea de movilidad social ha girado en torno a esta ¨promesa de la modernidad¨. Otro ejemplo es que se observa criticamente la emergencia de los gurús de la psicología para la autoayuda, ¨couching¨ y cuanto dispositivo de empoderamiento personal que sí ¨ponen la Historia bajo la mesa¨ para relevar ¨mi historia¨totalmente aislada e incluso disgregada.

    Creo que la visión heroica como relato épico de la historia es muy fuerte dentro de lo que podríamos llamar ¨cultura de izquierda¨. Los super héroes, especialmente aquellas autoridades carismáticas (Weber) sustentaron un metarelato de dualidad. El problema que este esuqema dual cae, se produce una anomia incluso entre aquellos que nos creemos seres politizados. Lo sagrado y lo profano se diluyen para dar paso a la proliferación de nuevos clanes en torno a su propia definición de esta dicotomía.

    Los héroes cumplen una función antropológica potente. No sólo porque son arquetípicos, sino porque son totémicos, pero no en animales sino en personas. (Bueno, talvez por eso no debería lamarlo totémico) Pero me confundo cuando se lleva los supèr heroes a los conceptos sólo para evidenciar la lógica dualista (bien y mal) porque se pierde su aspecto de encarnación, a menos que la metáfora cumpla esa función al menos en el plano cognitivo.

    Siguiendo con superhéroes, Batman es uno de la modernidad, que surge como tal por méritos propios (entrenamiento y constancia) más que elementos mágicos como en los otros. Ah bueno, además el bacán tenía mucha plata. Interesante respecto a qué tipo de poderes son los que usan nuestros superheroes reales.

    No creo que el individualismo sea un invento de la post modernidad o de sus teóricos, lo que ellos han hecho es tratar de evidenciar la caída de referentes externos y totales (metarelatos) dejando por consecuencia al individuo al desnudo. Bueno pero ese es otro rollo.

    No conozco la serie gringa aludida. El documental tampoco pero ese sí me interesa.

    Saludos,

    ResponderEliminar

Comenta/opina acá